15 October 2013

Victor Oliveira Mateus


PARTIDA

Quando parti ninguém apareceu à beira da pista.
Quando parti as viagens eram coisa simples e banal,
e não este desejo de procurar um sentido para
a mágoa, uma clareira para a ausência, uma fonte
- minúscula que fosse – para saciar aquilo que
se mantém ininterrupta sede. Quando parti estavam

todos atarefados a viajar, mas de outro modo –
voracidade de prestamistas, esbugalhados olhos
onde o tempo é tão transacionável, quanto um futuro
hipotecado ou uma mera jante enferrujada. Quando
parti tiveram logo o cuidado de me avisar que a poesia
nunca salvara ninguém, que a procura das raízes

( bem como o entendimento de um passado não
acontecido) era coisa tão ridícula quanto obsoleta
para o riso alvar de muitos. Quando parti a buganvília
da moradia em frente estava esplendorosa e havia
um gato a furar a rede. Quando parti uma mulher
no prédio ao lado sacudia um pequeno tapete.

Acenou-me. Sorriu. Quando parti imaginei
o escárnio deles, os telefonemas duns para os outros,
as conversas. Quando parti ninguém apareceu
para se despedir, havia apenas: eu, um objetivo
incerto, o teu rosto a reflectir-se ao longe
e o sol a dar de chapa nas vidraças.



De Regresso (Labirinto, Amarante, 2010).


PARTIDA

Cuando partí nadie apareció al borde del camino.
Cuando partí los viajes eran algo simple y banal,
y no este deseo de buscar un sentido para
la herida, un claro para la ausencia, una fuente
-por minúscula que fuera- para saciar aquello que
se mantiene como sed interrumpida. Cuando partí estaban

todos atareados viajando, pero de otro modo –
voracidad de prestamistas, ojos como platos
donde el tiempo es tan negociable como un futuro
hipotecado o una mera llanta oxidada. Cuando partí
tuvieron la delicadeza de avisarme de que la poesía
nunca había salvado a nadie, que la búsqueda de las raíces

(bien como conocimiento de un pasado no
ocurrido) era algo tanto ridículo como obsoleto
para la risa estúpida de muchos. Cuando partí la bungavilla
de la casa de enfrente estaba esplendorosa y había
un gato agujereando la red. Cuando partí una mujer
en el edificio de al lado sacudía una pequeña alfombra.

Me saludó. Sonrió. Cuando partí imaginé
sus escarnios, las llamadas telefónicas de unos hacia otros,
las conversaciones. Cuando partí nadie apareció
para despedirse, había tan sólo: un objetivo
incierto, yo, tu rostro reflejándose a lo lejos
y el sol dando de lleno en los cristales.


Traducido por Marta López Vilar
Extraído de la revista digital Ojos de Papel.



Victor Oliveira Mateus (Lisboa, Portugal, 1952). Poeta, traductor, escritor de cuentos, ensayista y licenciado en filosofía. Es autor de 5 libros de poesía: Nas águas a luz suspensa (Lisboa, 1998), Movimento de ninguén (Lisboa, 1999), A noite e a voz (Universitária Ed., Lisboa, 2001), Pelo deserto as minhas mãos (Coisas de leer Ed., Carcavelos, 2004) y Regresso (Labirinto, Amarante, 2010). En prosa ha publicado Quando voltares (Coisas de leer Ed., Carcavelos, 2002).

Es miembro de la Asociación Portuguesa de Escritores y del Consejo General de la Revista Nova guia. Forma parte del consejo editorial de la editorial Labirinto. Es autor del blog de literatura A Dispersa Palavra

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